Fiestas y romerías de verano

Fecha de publicación: Jul 30, 2015 11:47:48 AM

Alegres, divertidas, participativas, populares; fiestas y festejos para disfrutar con nuestra gente y para recordarlas con cariño cuando el tiempo distancie los felices años transcurridos.

En Zalla celebran los distintos barrios en esta etapa estival sus respectivas fiestas patronales:

San Juan Bautista (Aranguren) el 24 de junio; La Visitación y Santa Isabel (La Herrera) el 2 de julio; nuestra señora del Carmen (El Carmen) el 16 de julio; María Magdalena (La Magdalena) el 22 de julio; Santiago Apóstol (Otxaran) el 25 de julio; San Pantaleón (Sollano/Gallardi) el 27 de julio y San Pedro Ad Víncula (San Pedro Zarikete) el 1 de agosto. 

Si tuviéramos que hacer un memorial de algo singular o común a las fiestas antes citadas, destacaríamos la de

Aranguren en cuanto que San Juan se celebra el día del nacimiento del santo y no como suele ser habitual en

los demás santos, el día de su muerte; acompaña el ritual de "la Sanjuanada" conmemorar el solsticio de verano (la noche más corta, el día más largo), quemando enseres viejos como símbolo de purificación, renovación,

renacimiento y cambio vital.

Tras este ceremonial, traemos al recuerdo algunos aspectos curiosos festivos de tiempos pretéritos; así se hace mención escrita en los documentos oficiales de los siglos XIX y XX sobre la adquisición de chuzos (vara con punta de hierro), como insignias representativas de la autoridad para las romerías, dada la naturaleza de mantener el orden público; en 1858 consta la divergencia habida entre el Alcalde y Teniente 1º con motivo de la autorización de juego de naipes y otros durante la romería de San Pedro; o por ejemplo, la propuesta en 1900 del director de la banda de música "La Lira" de Barakaldo para amenizar las fiestas de Santiago, San Pantaleón y San Pedro.

Era habitual no solamente que amenizase con su música una banda contratada, a lo que habría de añadir el traer algún tamborilero y atabalero para que hicieran pasacalles, acompañasen a los danzantes a la procesión del santo, animando a las personas asistentes al oficio religioso y a los profanos festejos, generalmente con un programa muy variado, que trataba de conseguir ayer como hoy el regocijo de todos.