EL MAYORAZGO EN ZALLA

Fecha de publicación: Jan 29, 2015 9:9:45 AM

El mayorazgo es una "institución" que se define como un conjunto de bienes vinculados entre sí de manera perpetua y heredables por el mayor de los hijos, de forma que el grueso del patrimonio de una familia no se diseminaba, sino que sólo podía aumentar. 

Este modo de propiedad tuvo una gran importancia en Zalla y en Enkarterri, alcanzando varias familias de nuestro municipio un estatus privilegiado, durante el siglo XVI gracias a la comercialización de los excedentes agrarios y hasta el siglo XIX por la compraventa de propiedades y la vía matrimonial.

La propiedad está vinculada y el titular dispone de la renta, pero no de los bienes que la producen (Clavero).

En esta época aparecieron en Zalla notables detentadores de la propiedad rústica y urbana (heredades, montes, viñas, casas solares, caserías, "seles" o terrenos para pastoreo, "censos" o préstamos, molinos y ferrerías).

Los linajes o líneas familiares, que destacaron económica y sociálmente sobre los demás vecinos del concejo, estaban unidos por lazos de sangre, contractuales, "encomendación" (se cedía sus tierras y libertad al noble a cambio de protección y seguridad), o

simple sueldo. Trataban de mantener unidos el conjunto de los bienes y que a la muerte del "pariente mayor" no fueran fragmentados. De este modo, el heredero más directo (habitualmente varón primogénito) mantenía unidos los bienes en herencia recibidos, reservándose a los "segundones" (descendientes no primogénitos) la porción que marcaba la ley ("la legítima").

En consecuencia, los más ricos aumentaron su dominio y control sobre tierras y gentes, viviendo en casasfuertes y palacios y siendo elegidos para cargos públicos municipales, aunque el sistema no fuera democrático.

Mayorazgo de La Mella

Los mayorazgos más significativos de Zalla fueron los de Salcedo, San Cristobal, Recalde, Urrutia, VillaUrrutia, Del Yermo, Terreros y Arzabe. Entre todos ellos, destacaba Arzabe, que llegó a unificar a finales del siglo XVIII y principios del XIX los correspondientes a Pedro de Recalde y a la familia de San Cristóbal. Este mayorazgo llegó a extenderse a Güeñes, Galdames, e incluso Bilbao y Madrid.

La comunidad de Zalla fue castigada por las crisis de los siglos XVI, XVII y XVIII. Además, la Guerra de la Convención (1793-95), la Guerra de la Independencia (1808-14) o la Guerra Civil Carlista (1833-39) produjeron el decaimiento de la pequeña propiedad, el aumento del sistema de inquilinato y el crecimiento de las grandes propiedades. La situación del campesinado empeoró notablemente y, para subsistir, en muchos casos debieron vender sus tierras, pasando a ser arrendatarios de las mismas. Lo mismo sucedió con los molinos y ferrerías, que eran explotadas mediante el mismo sistema. En estos casos, el campesino o pequeño propietario establecía contratos de "aparcería" (reparto de productos o beneficios), y "admetería" (contrato de ganado a "media pérdida" o "media ganancia").

Con todo, la dispersa gran propiedad, ante la dificultad de ser administrada y explotada directamente, dejó de ser rentable y viable. La señales definitivas de la desaparición del mayorazgo las marcaron el Decreto de supresión de 1836, el de desvinculación de 1841, la abolición de los fueros en 1876, la decadencia de la industria ferrona tradicional y la proletarización del campesinado por la imparable industrialización de Zalla a finales del siglo XIX.